Jose Ramón Castillo

Jose Ramón Castillo

¿Conocen la historia de Charlie y la fabrica de chocolate, acerca de como Willy Wonka, a pesar de querer ser chocolatero y eventualmente convertirse en uno de los mejores, ironicamente tenia un padre dentista sumamente estricto con su consumo de dulces que le ayudo a tener una dentadura perfecta?

Bueno, esa historia parece repetirse, quiza no al pie de la letra pero si lo suficientemente cercana. 

Desde padres dentistas hasta convertirse en uno de los mejores chocolateros del mundo, las creaciones de Jose Ramon Castillo con el chocolate han ganado fama mundial por sus interesantes variedades y propuestas para comer este todo poderoso dulce, y gracias al ingenio que ha puesto a sus creaciones: chocolates de mole, naranja con sal de gusanito, chicle motita de plátano, entre muchos otros que han cambiado la forma de ver el chocolate no sólo en México, sino en el extranjero y que le han valido la invitación de estar en la televisión desde hace nueve años.

A sus 23 años ya había ganado el campeonato de Cataluña a nivel profesional en cocina, era chef en restaurantes ganando bien, pero no tenía tiempo para nada más, ni para novia. Un día pidió vacaciones, conoció al campeón de España en chocolatería y le pidió ser su aprendiz. Renunció a ser chef y empezó de cero una nueva vida con el chocolate.

“Me la pasaba riendo, trabajamos mucho pero reía mucho, tuve novia, compré un perro, visité a mis papás y no regresé al restaurante, después me vine a México y vino la oportunidad de la televisión, fue una catapulta, yo nunca pensé dar autógrafos”

Sin embargo, reconoce que no fue bien visto al principio incluso por los chocolateros mexicanos que lo llegaron a llamar naco por usar, primero, chocolate nacional y no sólo eso, sino pintarlo de colores y hacer esas mezclas tan extrañas que ofrece en su chocolatería, QUE BO!

Su chocolateria ofrece variedades y presentaciones inimaginables de chocolate

Entre tantos sueños, confiesa que todavía es muy simple en sus gustos de postres, con unos chongos zamoranos es más que feliz.